sábado, 5 de mayo de 2012

Emilia del Sol






Emilia, cuán difícil es imaginarte;
Pequeño proyecto de felicidad,
Acurrucada en tu esfera de vida,
Ignorante y ajena
A las especulaciones de los hombres,
Que, en su sabiduría,
No ven al Espíritu del Hijo del Dios Viviente.

 Hija de Dios,
Te esperamos con impaciencia y amor,
 Como la lluvia tardía en el valle secano.
El  Altísimo te ha diseñado
Y Su Voluntad es perfecta,
Como perfecta serás cuando salgas a respirar
La atmósfera de este mundo caído.

Nuestras vidas se secaban día a día
En los afanes cotidianos,
Sórdidos y cada vez más ciegos,
 Necesitando cada domingo
El colirio espiritual
Para nuestros ojos de cristal opaco.

Y llegaste sin avisarnos
Para despertar nuestras almas,
Carentes de sueños y fuerzas.
Emilia, te espero
Como el Padre nos espera
En la tierra prometida.

Serás cómo los poemas ínfimos y preclaros
Que tu madre, siendo una pequeñita,
Le escribía a la Patria.

Gracias Emilia, tan fuerte y madura,
Que nos conmueves en tu paz,
Allí donde sólita disfrutas del Don de Vida
Que nos darás.

Gracias Señor por Tu Gracia 

Benjamín Muñoz (abuelito)

22 junio de 2011

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